COMPARACIONES 4 Eres más largo que el campo de Oliver y Benji. Tienes más peligro que McGiver en una ferretería. Tienes más peligro que Willy Fog con el Abono Transportes. Eres tan feo que cuando te parieron tu madre buscó la cámara oculta. Trabajas más que el masajista de Prosinecki. Tienes más tonterías que el salpicadero del coche fantástico. Eres más rápido que inmediatamente. Trabajas menos que el espejo de Stevie Wonder. Desafinas más que Caminero anunciando natillas. Te mueves menos que los ojos de Espinete. Pierdes más aceite que la camioneta de los Locomía. Eres más cerrado que el fistro de la Barbie. Te repites más que la música de "Sorpresa, sorpresa". Ligas menos que el Fary en Melrose Place. Lo pasas peor que Chewacca anunciando el Epilady. Estás más quemado que los ceniceros del Challenger. Estás más atacada que la nave de Star Trek. Tienes menos vocabulario que el diario de Tarzán. Tienes una conversación más simple que la de la Pantera Rosa. Eres más llamativa que un rally de mejillones. Estás más maciza que los neumáticos del troncomóvil. Bebes más que los peces del villancico. Eres más caprichoso que el dueño del Scattergories. Eres más pijo que el Snoopy de Enrique Iglesias. Tienes al lenguaje más florido que el apartamento del padre Mondina. Se le entiende menos que un sicofonía del Chewacca. Comes más bollos que la Bella Easo. Tienes más peligro que Espinete repartiendo preservativos. La cabeza te suena peor que el coche de Starsky y Hutch. Estás más perdido que el carro de Manolo Escobar. Tienes más golpes que el cuerpo de Mazinger Z. Eres más falso que la sonrisa de Aznar. Tiene más tetas que el calendario de Samantha Fox. Está más mosqueado que Naranjito en la fábrica de Zumosol. Sueltas más plumas que el edredón de Espinete. Tienes menos pelos que el sobaco de una rana. Eres más corto que el chándal de Torrebruno. Tienes los trapos más sucios que la cocina de los tres cerditos. Eres más falso que el flequillo del Dioni. Eres más lento que un disco de los Panchos. Pierde más aceite que el anuncio de la Masía. Por su cama pasa más gente que por el 1,2,3. Tienes menos ropa que el armario de Tarzán. Eres más fuerte que el desodorante de Stallone. Tienes menos alcance que los prismáticos de los clicks de Playmobil. Eres más agresivo que el entrenador de los Power Rangers. Te estiras menos que el portero de un futbolín. Eres menos erótico que las memorias del oso Yogui. Estás más verde que la sopa de las tortugas ninja. Tienes más años que los rodapiés de las cuevas de Altamira. Tienes menos arreglo que el tubo de escape del Titanic. Eres más duro que los empastes del increíble Hulk. Eres más aburrido que la sintonía del telediario de Carrascal. Tienes más pintura que el neceser de Marujita Díaz. Tienes menos futuro que Pavarotti bailando el hula-hop. Eres más tonto que la gallina Caponata incubando un Kinder Sorpresa. Trabajas menos que el peine de Kojak. Está más mosqueado que un pavo en Navidad. Eres más simple que un escaparate de Simago. Trabajas más que el chapista de Mazinger Z. Te gastas menos que la Veneno en compresas. Tienes menos luces que el coche de los Picapiedra. Estás más quemado que el mapa de Bonanza. Estás más nervioso que Marco en Sorpresa Sorpresa. Estás más marginado que un pitufo rojo. Tienes más enemigos que la nave de Star Trek. Tienes menos gracia que el retrato robot de Mazinger Z. Tienes más puntería que el tío que lanza los donuts. Estás más picado que las muelas del príncipe de Beukelaer. Trabajas menos que el letrista de Luis Cobos. Tienes más peligro que Calimero a la puerta de un Kentucky. Es más caro que el seguro del Coche Fantástico. Estás más desperdiciado que Marlon Brando haciendo de Don Pimpón.